Gestionar la agenda resulta fundamental para un emprendedor porque uno de los peligros más graves es verse desbordado.
“Cuando trabajas por cuenta propia tiendes a no ponerte horarios y más si trabajas desde tu propia casa. Esto al final conlleva un estrés y un agotamiento que inciden en la calidad de la labor que desarrollas”, insiste Rachida Justo, profesora de Creación de Empresas del IE Business School.
Si te preguntas, como organizar el tiempo para trabajar, aquí van algunos consejos:
Ponte un horario. Si trabajas desde un despacho fuera de tu domicilio, esta premisa es más fácil. Pero si lo haces desde tu propia casa, es necesario que establezcas un horario rígido y procurar no saltártelo, porque uno tiende a estar disponible las 24 horas del día. Y eso es imposible.
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Deja tiempo en tu agenda para ti.
En el caso de un emprendedor solitario, la agenda es a la vez personal y profesional. Es necesario llevar a rajatabla una agenda de hitos, en la que dejes constancia de todos los actos a los que tienes que hacer frente en la semana, pero cuida de reservar en esa misma agenda las cuestiones personales y preferiblemente reserva un tiempo obligatorio para desarrollar algún hobby o alguna tarea que te resulte gratificante y estimulante. “El bienestar de las personas es fundamental, por eso, igual que te planteas una reunión de trabajo, debes organizar en tu agenda reuniones personales o incluso reuniones contigo mismo para reencontrarte y meditar sobre tus asuntos”, insiste Enrique Carvajal, profesor de la escuela de negocios EAE y director general de Sizet Experience.
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Ten un cuaderno de tareas.
Además de la agenda, donde indicarás los aspectos más relevantes de la semana, confecciónate un cuaderno de tareas, en el que consignar diariamente las acciones que debes realizar a lo largo de la jornada: las llamadas, el proyecto que debes diseñar, el correo electrónico que debes mandar, etc. Al finalizar la jornada, revísalo para ver si has cumplido con todo y redacta uno nuevo para el día siguiente. Puede consistir en una lista en un papel o anotártelo en la blackberry. Lo importante es acostumbrarse a hacer este repaso diario que, cuando lo cumples, resulta de lo más estimulante.
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Y un cuaderno de control.
Lleva un cuaderno de control de todas tus reuniones. “Apunta en él, fecha y hora, asistentes, lugar, conclusiones, especificaciones… En definitiva, todo lo relacionado con el encuentro con el fin de evitar posteriores malos entendidos, porque normalmente estás metido en tantos charcos que es muy fácil equivocarte”, señala.
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Prioriza actividades.
Haz un cuadrante donde aparezca lo urgente, lo no urgente, lo importante y lo no importante. Y aprende a priorizar, destinando tus primeros esfuerzos a las cosas que son importantes para que no se conviertan en urgentes: la preparación, las relaciones personales, la planificación… Todo ello para prevenir que las circunstancias deriven en crisis.
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Concentra tus desplazamientos y reuniones.
Una buena manera de aprovechar el tiempo es tratando de concentrar todos los desplazamientos o las reuniones que tengas que hacer en un mismo día, de manera que puedas aprovechar las sinergias y los tiempos muertos para dedicarlos a otras tareas.