“Hay algo más terrible que un infierno de sufrimiento, un infierno de ocio”, escribió Victor Hugo en “Los Miserables” (1862).
Esta es una observación que aparentemente se mantiene vigente hasta el día de hoy.
En nuestra moderna sociedad, el ocio es algo de lo que hay que escapar, aunque sea con un juego como Angry Birds en las redes sociales.
Y quizás no resulte sorprendente el que nos sintamos tan incómodos con el ocio.
Basta con mirar el lugar preponderante que, en nuestra sociedad, tiene el estar ocupado.
Las personas más adineradas trabajan más horas, y estar ocupado es un símbolo de estatus y una marca de prestigio.
En contraste, la flojera y el aburrimiento se relacionan con personas perezosas y vagas.
En una sociedad donde la felicidad y lo positivo a menudo se vincula con la productividad, aquellos que están ociosos -por asociación- deben sentirse infelices.
El psicólogo Martin Wangh describe la pereza como una “inhibición de la fantasía“, y en diversos estudios indican que, aquellos que sufren de “tendencia al ocio”, carecen de estímulos y se frustran fácilmente ante situaciones complejas.
Pero quizás estamos malinterpretando el ocio.
- Hay abundantes estudios que sugieren que, al no darnos la oportunidad de estar ociosos de vez en cuando, podríamos estar perdiendo algo importante.
Canaliza tu pereza
Muchas de nuestras mejores ideas vienen cuando estamos ociosos, como cuando vamos de camino a la oficina, nos bañamos o hacemos una larga caminata.
De hecho, puede que estemos en nuestro punto más alto de creatividad cuando estamos sin hacer nada.
En un estudio de la Universidad del Estado de Pensilvania, los psicólogos Karen Gasper y Brianna Middlewood descubrieron que participantes que estaban aburridos obtuvieron los mejores resultados en un test de creatividad, que quienes se encontraban relajados o se sentían eufóricos.
En el experimento le pidieron a los participantes que miraran un video que evocaba ciertos sentimientos, antes de medir su habilidad para ocurrírseles palabras.
Los investigadores detectaron que al preguntárseles sobre autos, la mayoría de las personas decía “carros”, pero si alguien estaba aburrido, sus mentes divagaban tanto, que algunos hasta respondían “camello”.
La parte más tediosa de nuestro trabajo puede estar albergando un potencial para la creatividad que puede llegar a sorprendernos.
En una serie de experimentos conducidos por los psicólogos Sandi Mann y Rebekah Cadman, de la Universidad Central de Lancashire, en Reino Unido, le pidieron a los participantes copiar los números de una libreta de teléfonos antes de invitarlos a pensar en todos los usos posibles que se le puedan a un vaso plástico.
Al comparar los resultados con el grupo de control, aquellos a quienes previamente se les dio una tarea fastidiosa resultaron ser más creativos.
En un segundo estudio, los psicólogos agregaron un tercer grupo y les asignaron una tarea aún más aburrida: leer la guía telefónica.
Nuevamente, el grupo más fastidiado obtuvo los resultados más altos que los demás.
En opinión de los psicólogos, el estado de aburrimiento nos estimula a explorar nuestra creatividad, porque el cerebro está indicando que la situación actual es deficiente y necesitas motivarte para avanzar.
Dejar que tu mente divague, especialmente con la tecnología disponible en este momento, es crucial para nuestra creatividad, y solo podemos lograrlo si nuestro estado mental es ocioso.
Haz silencio
En palabras de Mann, cuando soñamos despiertos, nos encerramos en nuestro subconsciente, el cual no está restringido por la necesidad de ordenar las cosas
Para ella, la clave para tener un pensamiento más creativo es asegurarse de tener un tiempo para que nuestra mente divague.
Mientras la mayoría de nosotros tiene algunos momentos de vagancia en el día, probablemente tratamos de llenarlo con redes sociales y correos.
En vez de hacer eso, Mann sugiere agendar momentos para soñar despiertos, o para realizar actividades como nadar, donde tu mente es capaz de divagar sin distracciones electrónicas.
Esto es algo que algunas de las personas más exitosas en los negocios ya están haciendo: Warren Buffett y Bill Gates son famosos por tener en su agenda tiempo para sentarse a pensar.
De acuerdo con Jerome Singer, quien estudió el proceso de soñar de manera constructiva y positiva, la persona tiene acceso a recuerdos y conexiones útiles.
Cuando estás ocioso, entras en contacto con la parte inconsciente del cerebro, seleccionas recuerdos olvidados hace mucho tiempo y conectas ideas.
Esta calma y ligero estado de desprendimiento, que son las características del soñador, contribuyen con el ‘hacer silencio’, de modo que podamos captar una respuesta o conexión”
Para la escritora Amy Fries, es esta habilidad para entrar en contacto con nuestro conocimiento, recuerdos, experiencias e imaginación, lo que ayuda a generar esos preciosos momentos cuando se “enciende el bombillo”.
“Esta calma y ligero estado de desprendimiento, que son las características del soñador, contribuyen con el ‘hacer silencio’, de modo que podamos captar una respuesta o conexión”, dice Fries.
Solucionar problemas
Para ser mejores en la solución de problemas, Fries recomienda alejarse de los sueños, y concentrarse en pensamientos más personales y en el reto que quieres afrontar.
En su opinión, el mejor método para hacer esto es sembrar el problema en tu mente, reflexionando sobre él y luego guardándolo, con la certeza de que volverá cuando menos lo esperas.
Además, recomienda hacer actividades que ofrezcan oportunidades para que esto ocurra.
Por ejemplo, caminar es una gran forma de activar el soñar despierto, siempre y cuando no te pongas los audífonos.
Más productivos
Estar ociosos también nos ayuda a ser más productivos.
Según Andreas Elpidorou, profesor de filosofía en la Universidad de Louisville, “el ocio ayuda a restaurar la percepción de que las actividades que realizamos son valiosas o útiles“.
Elpidorou cree que el aburrimiento actúa como un “estado regulador” que nos anima a completar nuestros proyectos.
“En la ausencia de aburrimiento, nos encontramos atrapados en situaciones que nos impiden apreciar provechosas experiencias emocionales, cognitivas y sociales”.
“El aburrimiento es tanto una advertencia de que no estamos haciendo lo que deberíamos, y un empujón que nos motiva a cambiar metas y proyectos”, concluye Elpidorou.
Tiempo de ocio
Para muchos de nosotros, encontrar tiempo para estar ociosos es complicado.
El experto en recursos humanos, Josh Bersin, comenta que “el tiempo de ocio” debería ser una parte esencial de los negocios modernos.
“Cerca de 80% de la capitalización de la bolsa de valores en Estados Unidos está impulsada por propiedad intelectual, patentes, software: cosas que están hechas por la gente”, dice Bersin.
“No las impulsa el petróleo que sale del suelo o los inventarios, o los activos físicos, lo cual quiere decir que casi todas las compañías están en el negocio de la gente”.
“Y como las personas tienen la necesidad de regenerarse, si las gerencias como máquinas, y minimizas su costo, entonces terminas con el resultado equivocado”.
Miedo al ocio
Al parecer, el ocio es algo sobre el cual no hay que tener miedo.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que no todo ocio es útil.
Mientras que al estar debidamente estimuladas las personas son orientadas hacia una mayor creatividad y productividad, el ocio crónico es algo que tiene un efecto insidioso que te resta años de vida.
El aburrimiento es tanto una advertencia de que no estamos haciendo lo que deberíamos, y un empujón que nos motiva a cambiar metas y proyectos”
Mann señaló que el aburrimiento puede conducir a las personas aconsumir alimentos grasos y azucarados, porque buscan algún tipo de estimulación.
“Puedes tener muchas cosas que hacer, pero si carecen de significado o propósito, puedes estar sufriendo de ocio crónico”, explica.
Es un sentimiento de apatía que puede afectarte tanto en lo físico como en tu salud mental.
En el pasado solo las personas muy ricas podían darse el lujo de estar ociosas, y tal condición era considerada como un símbolo de riqueza y éxito.
Ahora el mundo moderno de los negocios trata de convencernos de lo contrario, justo cuando la economía digital pide a gritos por personas más creativas.
Por ello, quizás sea el momento de entregaros al ocio porque, contrario a lo que pensaba Victor Hugo, podemos estar en la víspera del destello de una gran idea.
Fuente: Vivian Giang