Ya sé para muchas puede resultar ridículo, pero según recientes estudios realizados en Estados Unidos, cuando lloramos calmamos el dolor y eliminamos estrés.
Para llegar a esa conclusión hicieron un estudio en el que analizaron las lágrimas de dos grupos de voluntarios. Por un lado, las que provocaban una película triste y, por otro, las producidas al cortar cebollas. La composición de las lágrimas era muy distinta. Las lágrimas emocionales, además de su contenido en agua, sales y minerales, contenían gran cantidad de las hormonas responsables del estrés y del dolor. Por eso las personas que se aguantan las ganas de llorar acumulan en el cuerpo esas sustancias y mantienen la tensión física y psíquica, y de esa forma prolongan su malestar.
Si no te convence mucho el hecho de ponerte a llorar en cualquier situación, un día que estés sola, busca en internet una película triste y llora todo lo que puedas.
En serio, si te encuentras en una situación límite, no te tragues las lágrimas, déjalas que fluyan ( aunque tengas que esconderte) porque está demostrado que te ayudaran a eliminar a tensión, el dolor y ver los problemas con otra perspectiva.
*Natalia Gómez del Pozuelo.